El 22% de los hombres se entusiasma con la posibilidad de conocer una mujer para tener algo “más o menos serio”, mientras que el 78% de las mujeres ni en pedo se engancharían con alguien que conocieron por Facebook.
El 78% de los usuarios piensan que, efectivamente, Facebook es del FBI, pero igual sigue sin importarles.
El 73% de la gente tiene una carpeta que se llama “fotos varias”, o “varias”, o “de todo un poco”.
El 62% tiene que esforzarse en escribir el “qué estás pensando” en tercera persona. La reacción natural es pensarlo en primera, hablar de uno mismo tomando semejante distancia, confunde.
Sólo al 12% de la gente le da exactamente lo mismo quién inventó Facebook, al resto lo envenena una malsana envidia por “esos dos pajeros que hicieron semejante fortuna con esta boludez”.
Un 93% es voyeurista y canaliza sus impulsos revisando las carpetas de fotos de todos sus contactos religiosamente una vez por mes.
El 92% de los que aprietan “es posible” en las invitaciones lo hacen sabiendo que no irán un carajo.
El 88% cree que el éxito de una reunión/fiesta/presentación está garantizado si bombardea a todo el mundo con mensajes privados.
El 19% se arrepiente a la semana de haber aceptado a viejos conocidos que aparecen cada dos por tres en el chat insistiendo con que “tenemos que juntarnos a tomar un café para ponernos al día”. El 100% de los 19 se preguntarán en voz alta: “¿Y a este para qué mierda lo agregué?”.
Las mujeres que como avatar usan una instantánea en bikini o mostrando tres cuartos de teta, tienen un 67% más de amigos que el flaco que puso la foto suya con los sobrinitos.
El 62% no tiene idea de quiénes son el 63% de los amigos que tiene agregados.
El 22% está absolutamente convencido de que una imagen borrosa (tomada con una cámara en movimiento) es artística, y se ponen eso como avatar.
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